
En los años 70, Argentina vivió una época dorada para los autos deportivos de fabricación nacional. Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta era es la Chevy Baufer DB, un auto fuera de serie que ha capturado la imaginación de los entusiastas del automovilismo.
La historia de la Chevy Baufer DB comienza en 1972, cuando un grupo de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de Rosario decidió organizar una rifa para costear sus viajes de estudio. Para el premio, acudieron a dos visionarios: Alain Baudena y Jorge Ferreyra Basso. Baudena, conocido por su habilidad en el diseño de carrocerías en aluminio, y Ferreyra Basso, responsable del diseño de la Chevy Serie 2, decidieron crear un auto único.
La base del Baufer DB fue una coupé Chevy SS 250, pero los paneles de la carrocería fueron completamente reformados. El techo fue bajado, las puertas modificadas y el capó y la tapa del baúl fueron rediseñados en aluminio. El interior no fue la excepción, con una consola de instrumentos en madera, cuero y cromados, y butacas de alta calidad.
El auto fue bautizado como «Baufer DB» en honor al padre de Alain Baudena, quien había fallecido unos años antes. La combinación de colores verde, ocre y rojo, junto con el interior crema y marrón, lo convierte en un ejemplar distinto al resto.
Después de la rifa, el auto cambió de dueño varias veces antes de ser restaurado y exhibido públicamente en 2015. Durante la restauración, el motor original de seis cilindros fue mejorado con levas, dos carburadores y electroventiladores, lo que le da un rendimiento impresionante.
La Chevy Baufer DB es un testimonio del ingenio y la creatividad de dos argentinos que, con un simple acto de generosidad, crearon un verdadero tesoro automotriz. Hoy en día, sigue siendo una pieza de colección que despierta admiración y nostalgia en quienes la conocen.